Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función
de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos
ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un
comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y
plenitud.
Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos,
personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y
convicciones más importantes.
Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales,
sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las
circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo
que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.
Valores de la familia.
Respeto. Trátale como si ya fuera tan buena persona como tú quisieras que sea; dejar que el otro sea él mismo. "Eres tonto", se convierte en realidad.
Honradez. Que los demás puedan confiar en nosotros.
Rol de las mujeres
Algunos de estos cambios están relacionados con la modificación
actual del rol de la mujer. En las sociedades más desarrolladas la mujer
ya puede ingresar (o reingresar después de haber tenido hijos) en el
mercado laboral en cualquier etapa de la vida familiar, por lo que se
enfrenta a unas expectativas mayores de satisfacción personal respecto
de hacerlo sólo a través del matrimonio y de la familia.
Tamaño de la familia
En el siglo XX
ha disminuido en Occidente el número de familias numerosas. Este cambio
está particularmente asociado a una mayor movilidad residencial y a una
menor responsabilidad económica de los hijos para con los padres
mayores, también se debe a que ya se están realizando grupos de
planeación familiar para evitar tener hijos no deseados, al irse
consolidando los subsidios de trabajo y otros beneficios por parte del
Estado que permiten mejorar el nivel de vida de los jubilados.
En los años 1970
el prototipo familiar evolucionó en parte hacia unas estructuras
modificadas que englobaban a las familias monoparentales, familias del
padre o madre casado en segundas nupcias y familias sin hijos. En el
pasado, las familias monoparentales eran a menudo consecuencia del
fallecimiento de uno de los padres; actualmente, la mayor parte de las
familias monoparentales son consecuencia de un divorcio, aunque muchas
están formadas por mujeres solteras con hijos. En 1991 uno de cada
cuatro hijos vivía sólo con uno de los padres, por lo general, la madre.
Sin embargo, muchas de las familias monoparentales se convierten en
familias con padre y madre a través de un nuevo matrimonio o de la
constitución de una pareja de hecho
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